
Hoy en día lo politicamente correcto se hah dueñado de muchas facetas de la vida, y entre ellas del diseño de los coches, incluso los de altísimas prestaciones, hasta el punto en el que puede llamar más la atención un GTI que un auténtico supercar. Tan sólo unos pocos preparadores mantienen el nivel de agresión visual que convierte sus piexas en coches codiciados por los espíritus más rebledes, por eso, cuando en el último Salón de Ginebra el stand de Mansory presenta alguna que otra sorpresa.


La transgresión ha llego también a la hora de elegir la pintuya, con un tono dorado mate que permite apuntarse un tanto más a la originalidad. La fibra de carbono a la vista aparece en muchos detalles del coche, sobre todo en aquellos que competen a la técnica, como salidas de aire, alerones, retrovisores. . .
El motor se ha modificado, como resulta conveniente en un coche así, más que nada para no recibir críticas de frivolidad. COn un nuevo compresor e intercoolers de más capacidad la cifra se eleva hasta la friolera de 700CV, con 800 Nm de par y una celeración de o a 100 km/h rebajada en dos décimas de segundo con respecto al SLR convencional (3'8 seg). La velocidad máxima asciende hasta los 340 km/h, una cifra que seguramente se podrá alcanzar en circuitos de máxima seguridad.

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